martes, 15 de julio de 2008

Él le pregunto que hacía en ese bar y a quién esperaba, pero ella no pudo responder a ninguna de esas preguntas.

Él argumentó que el motivo de su no respuesta era el olvido, de una cita o encuentro, producto de no poseer un almanaque. Un almanaque con el cual pudo haber sabido con quién tenía que encontrarse, dónde, cuándo y a que hora.

Se acercó y le ofreció uno con promesas de que no habrá futuros desencuentros. Ella no aceptó.

Él no insistió, pero hizo anotaciones en el suyo, porque esta vez era él el que no quería olvidarse de volver a verla.

1 comentario:

Luz dijo...

Violeta con paraguas verde?
yo tengo un paraguas verde...

pero almanaque no,
almanaque no tengo...
será que no tengo ni tiempo ni espacio?

(puede ser)

Muchos besos Ceci y cía.
gracias por tus lindos comentarios
:)